sábado, 10 de abril de 2010

No vivimos eternamente pero un amor eterno si que nos persigue donde quiera que vayamos, se adentra en nuestro ser y duele a cada instante, te eriza el bello cada vez que piensas que está a tu lado susurrandote al oido palabras que bailan con tu pelo rizado, palpita tan rápido el sentimiento que a veces hasta preocupa su movimiento y sus ganas de conseguir que ese sueño eterno sea una realidad constante.